sábado, 4 de junio de 2011

Adios...

Cuando la muerte acecha a la puerta logras ver que tu interior no es hogar para tu alma, es solo un andador hacia el cielo, tristes estarán todos los que detrás de ti van al verte partir, el alma vuela, el espíritu se parte en dos sin más actos y sin más recuerdo que el último momento, sin nadie que voltear a ver y solo con oportunidad de un último adiós a esta casa en la que algún día llenaste con sentimientos, recuerdos, esas memorias e instantes que te reflejaban la tibieza de lo que es un momento , cruel es el instante en el que nos dejes y debas partir, no hay lugar para un consejo sabio después de que tu partas, no hay lugar para un momento de certidumbre en esta vida, cuando sabes que morirás todo cambia, la percepción es un reflejo del alma, mas ya no podrás mirar a tu interior pues tu interior se desvanece poco a poco sin dejar rastro alguno de lo que un día fue tu ser y de lo que un día fueron tus seres más queridos, solo espero en tu memoria quede recuerdo alguno de tantos momentos vividos como familia, como amigos, tantos momentos que se comparten de hombre a hombre y que sin saberlo son los mismos momentos que tal vez estén causando esta tristeza, tristeza que temo me acompañe por varios días, no creo ser lo suficientemente débil…. No creo ser lo suficientemente fuerte, me siento tan confuso… cuando la muerte acecha ya no hay nada, solo ese momento que todos esperan con temor, a veces se siente paz otros momentos miedo de perder lo más añorado, quisiera poder morir, quisiera simplemente saber que no estas sufriendo tanto por el miedo de partir y de que es solo un momento más en la vida, quisiera que lo que sintieses fueren sentimientos reconfortantes, quisiera no tener miedo de perderte y con tu partida perder a mi mejor amigo, yo no entiendo la vida y no entiendo ni siquiera porque sigues vivo, pero tampoco entiendo por qué tienes que morir, al menos morir tan pronto… no entiendo por qué te vas y no sé por qué ni siquiera puedo decir que te quiero, no me se despedir y desde que tengo memoria nunca lo he querido hacer, no entiendo por qué te tienes que ir y no quiero decir adiós.